martes, 10 de marzo de 2009

KARLOS

Lo conocí a través de mi actual pareja, quien, sin sospechar las tormentas pasionales que este español despertaría en mí, me lo puso delante de los ojos.
Me dijo que era simpático y que cocinaba rico.
Era su ingenuo intento de hacerme cocinar.

El amor nació apenas lo vi.
Ya escucharlo hablar era una gloria. Su cerrado acento me embriagaba. Oirlo decir patatas y zumo de melocotón en vez de papas y jugo de durazno fue el colmo. Quedé atrapada para siempre.

Él cocina sin ninguna Juanita. Limpia todo solito y mientras se fríe algo, o pica una cebolla, cuenta chistecitos tontos, canturrea y anima hasta al más muerto.
Se limpia las manos con su repasador inmaculado y sonríe.

Desde entonces, cada vez que lo engancho en su programa, lo veo, sin importarme mucho lo que hace.

Yo sonrío con él, embobada, sin aprender a cocinar jamás.

7 comentarios:

Claudio Tomassini dijo...

Te invito a visitar mi blog en el podrás encontrar mis últimos trabajos en arte la dirección es la siguiente:

www.claudiotomassini.blogspot.com


Te saluda atentamente Claudio Tomassini

Princesa Turquesa dijo...

Te entiendo madrevirtual, a mí me pasa algo parecido con Anthony Bourdain, en No Reservations!!! Y estoy tratando de conseguir Nasty Bites o algún otro de sus libros, si querés, después te lo presto...

Princesa Turquesa dijo...

Nasty Bits, perdón, es la emoción!!! (googlealo...)

AYE dijo...

A mi me llegó tu receta de tarta de atún y la rompo con eso ante cualquier invitada/o que viene a comer a casa. Quizá deberías tener tu propio programa, no?

Tomás dijo...

A mí el atún no me gusta.

Anónimo dijo...

Ché, pero qué vieja babosa che...
Ah, otra cosa, a quién le importa lo que le gusta a este salame?

Saludos
Un amigo.

Anónimo dijo...

Parece que a nadie che...y eso que hay cada queso!