Soy docente. Soy traductora de inglés, pero la fuente principal de mis ingresos es la docencia.
Enseño en una escuela secundaria.
Hoy fui a la entrega de diplomas y, como todos los años, recordé por qué hago lo que hago.
Me gusta mucho. Pero mucho.
A esa edad, todavía no son malos. Se puede dar, lo agradecen. Dan y lo agradezco. Me preguntan como estoy y les interesa. Me cuentan cosas de su vida, de sus sueños.
Me hacen reír, con sus pavadas y sus chistes limpios.
Soy exigente, según ellos. Y sin embargo me quieren igual.
Amo la cara que ponen cuando, después de un esfuerzo, entienden, y les hace un clic en la cabeza.
A veces, cuando estoy triste, entro a la escuela y todos mis problemas se van por un caño, salgo diferente, más optimista.
A veces me considero un vampiro que les chupa la energía que me rejuvenece. Que suerte que tengo, me digo.
A veces tienen problemas demasiado grosos para su edad. Les leo la tristeza. La preocupación que no puede envejecer sus caritas frescas, que no los puede vencer todavía.
Me encuentro con gente en la calle que me abraza y me quiere, años después de haberlos visto por última vez.
Me gritan : " Profe!" por todos lados donde voy.
Nunca sé sus nombres, los olvido al poco tiempo. Pero recuerdo sus miradas, y los reconozco aunque hayan pasado años. Digo: " Este fue alumno mío". Mío. Son míos para siempre.
Me encanta mi profesión. Es la mejor de todas. Qué suerte que tengo.
Lo único constante es el cambio
Hace 9 años
10 comentarios:
Pero si el papá estaba PReso estaba perfecto! (digo, la oración... no que el papá estuviera tras las rejas, por favor)
Y que suerte que tenés de que te quieran. Los chicos se quejan de los profes exigentes, pero en el fondo agradecen la contensión, el apoyo y la energía que uno da por ellos. Valoran eso más que a una profe "buena" (pero buena no por carácter, sino por falta de compromiso e interés.)
Mario
PD: No entendí el comentario de Tom.
El primer comentario no se entiende.
¡Buen texto!, pero la mejor profesión de todas es el periodismo, lo sabe todo el mundo.
Saludos!
Para entender el comentario de Tom hay que ver su blog http://vilpapel.blogspot.com/ y leer mi comentario.
Aahh! Ahora entiendo.
Mario
qué linda, señorita maestra!
En mi época, las profesoras de inglés eran las más odiadas. No por ellas, sino por la materia. A vos te quieren porque sos grossa.
Besos!
Aye (del club de fans de Pat)
Yo doy dos talleres de periodismo en un secundario de Belgrano y también me olvido de los nombres! Pensé que era un problema mío...
Ahora me quedo más tranquilo.
Patricia, soy profe también, tengo alumnas de Mali, que no entienden nada de nada, la vida les dió vuelta la vida, y ahí van, poniendo el pecho y la cabeza, me alientan, y también me hacen sentir más joven, en ese pase de energía que decís, son mujeres bien plantadas, aunque no sepan español, y les agradezco, estoy muy agradecida, me enseñan un montón de la vida. Inés
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